La huilensidad es mucho más que una palabra; es el alma misma del Huila. En términos sencillos, se refiere a la calidad y condición de lo huilense, a todo aquello originario o representativo del Departamento del Huila, su gente, su territorio y sus manifestaciones socioculturales. Para los huilenses (llamados cariñosamente opitas), la huilensidad significa orgullo y pertenencia: es el conjunto de tradiciones, sabores, ritmos y valores que comparten y que los hace únicos. Es la alegría contagiosa al bailar un sanjuanero, el sabor inconfundible de una achira (galleta de harina de achira) o un aguardiente doble anís, y la calidez de una gente que recibe al visitante con los brazos abiertos. No en vano, quienes visitan tierras opitas destacan la hospitalidad de sus habitantes – esa capacidad de hacer sentir a cualquier forastero como en casa. La huilensidad late en cada fiesta, en cada leyenda contada al calor de un tinto (café) y en cada nota de rajaleña entonada con el corazón. Es un orgullo transmitido de generación en generación, celebrado con especial fervor cada año durante el mes de junio, conocido localmente como el Mes de la Huilensidad.